Una anciana se sacó involuntariamente una fotografía cuando robaba en el apartamento de su vecino la cantidad de 800 euros, por lo que no le quedó más remedio que reconocer la autoría del delito.
Los hechos ocurrieron en una localidad de Turín, al norte de Italia, cuando la mujer, de 69 años, vio que su vecino de enfrente se había dejado la puerta abierta y se coló en su apartamento.
Allí, encontró el dinero y sin dejar escapar la oportunidad se lo metió al bolsillo, informó hoy la agencia italiana AGI.
Además descubrió que había una cámara digital en el apartamento y mientras la manipulaba, quizá para saber si merecía la pena quedársela, la encendió involuntariamente y se sacó una foto sin darse cuenta.
La mujer parecía estar en su día de suerte, ya que en cuanto salió del apartamento de su vecino se compró un billete de lotería con el que ganó otros cien euros.
Sin embargo, su racha cambió cuando el inquilino del apartamento, un rumano de 30 años, llegó a casa y se dio cuenta de que la cámara de fotos no estaba en el sitio habitual y de que le faltaba el dinero.
El hombre llamó a los carabineros que verificaron que la última foto registrada en la memoria de la cámara inmortalizaba a la vecina y, además, mostraba el día y la hora del hurto.
Ante la rotundidad de la prueba la anciana admitió que había sido ella la que robó el dinero y lo devolvió a su dueño, pero exigió quedarse con los cien euros de la lotería que había ganado.
Los hechos ocurrieron en una localidad de Turín, al norte de Italia, cuando la mujer, de 69 años, vio que su vecino de enfrente se había dejado la puerta abierta y se coló en su apartamento.
Allí, encontró el dinero y sin dejar escapar la oportunidad se lo metió al bolsillo, informó hoy la agencia italiana AGI.
Además descubrió que había una cámara digital en el apartamento y mientras la manipulaba, quizá para saber si merecía la pena quedársela, la encendió involuntariamente y se sacó una foto sin darse cuenta.
La mujer parecía estar en su día de suerte, ya que en cuanto salió del apartamento de su vecino se compró un billete de lotería con el que ganó otros cien euros.
Sin embargo, su racha cambió cuando el inquilino del apartamento, un rumano de 30 años, llegó a casa y se dio cuenta de que la cámara de fotos no estaba en el sitio habitual y de que le faltaba el dinero.
El hombre llamó a los carabineros que verificaron que la última foto registrada en la memoria de la cámara inmortalizaba a la vecina y, además, mostraba el día y la hora del hurto.
Ante la rotundidad de la prueba la anciana admitió que había sido ella la que robó el dinero y lo devolvió a su dueño, pero exigió quedarse con los cien euros de la lotería que había ganado.
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